Marcel Carne (Dirección)
Director de cine francés. Influido por la estética de Max Reinhardt, que hacía más hincapié en la sutileza psicológica que en el dramatismo grandilocuente, también se interesó por el estilo expresionista de algunos directores alemanes como F. W. Murnau y Josef von Sternberg. Sin embargo, su estilo personal característico, el realismo poético, fue siempre deudor de su propia sensibilidad poética, su gusto por el amor no correspondido y el mundo de las clases trabajadoras. Nació en París el 18 de agosto de 1909. Después de trabajar como periodista, llegó a ser ayudante de Jacques Feyder y de René Clair. Con este último colaboró en la realización de Bajo los techos de París (1930), el primer largometraje destacado de Clair, trabajo que marcó el comienzo de una larga y estrecha colaboración con el poeta Jacques Prévert, quien escribió casi todos los guiones más importantes de Carné y cuyo nombre quedaría ligado al del director en la historia del cine. El origen periodístico de Carné se refleja en el estilo de sus primeras películas, en las que trató de retratar la vida sencilla de la gente corriente en su ambiente cotidiano. Sus obras principales son: Un drama singular (1937); El muelle de las brumas (1938), que provocó violentas críticas del gobierno de Vichy, al responsabilizarlo, junto a otros artistas, del clima moral que desencadenó la derrota de Francia ante los nazis; Amanece (1939); Les visiteurs du soir (1942) y Les enfants du paradis (Los niños del paraíso, 1945), un admirable hito del cine de posguerra (la película más cara hasta aquel momento del cine francés), interpretada por un reparto excepcional. Este hecho se repetiría en todas sus películas de este periodo, en las que contó con los mejores actores y actrices franceses del momento: Jean Gabin, Arletty, Louis Jouvet, Miche Simon o Pierre Brasseur. Después de la guerra, sometido a un tribunal de depuración y posteriormente atacado con dureza por los jóvenes cineastas de la nouvelle vague, Marcel Carné no alcanzó la altura de sus obras anteriores y se vio obligado a retirarse progresivamente tras realizar algunas películas destacables, como Teresa Raquin (1953) o El aire de París (1954). Su última realización fue La merveilleuse visite (1974). Su resentimiento por estos ataques y por el trato injusto hacia su persona y su obra se refleja en su autobiografía, La vie à belles dents (1982). En 1977 se le concedió el Gran Premio del Festival de Cannes. También recibió la Legión de Honor de la República Francesa, reconocimiento al que se unió el de Caballero de las Artes y las Letras.